Al contrario de lo que uno pueda pensar con semejante título, ni he tomado vino ni he recibido -o dado- rosas durante estos días.
La velocidad del amor (o de la sangre) ha corrido por mis venas mucho mejor, y con mayor intensidad, que cualquier gran vino espumoso que se precie.
Como suponía,volví. Sin anticiparme, me encontré. Lo vivido..., está conmigo. Lo aún por vivir, a la vuelta de la esquina.
No era ningún tonto Billy, eso lo sabemos unos cuantos.De todas maneras, salud a todos.
Y vivan, carajo!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario